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El Ochentismo

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Cada cierto tiempo la música popular pasa por un periodo de frescura y transgresión iniciado por unos pocos sobre el transcurrir de una época. Generalmente se revindica la época más imaginativa y fresca de la década anterior como crítica a lo que en el momento se ha solidificado y convertido en algo muerto. A finales de los noventa se produce un fenómeno parecido como venía siendo habitual desde los años 60.  Muchos de los iconos reverenciados en los 90 se convierten en dinosaurios aburridos y demasiado adultos y complejos: gente como Beck, Bjork, Radiohead, y corrientes como el post-rock, el llamado "tecno-inteligente"). Volver a los 80 era necesario para renovar el espíritu juvenil y bullicioso del pop y en poco tiempo la nueva ola, el tecno-pop,  el electro,  el punk y el post-punk fueron revindicados por nuevos grupos cansados del odioso sonido radioformula del metal-grunge imperante en el mainstream.

En españa pasaba algo parecido con el indie que se había hecho mayor y se había perdido en sonidos pseudoeléctrónicos, post-algo o directamente tristismo gafapasta y también hubo una reacción generalizada de revindicación de los ochenta,  con el ingrediente especial de la movida en España. En madrid el tonti-pop explotó y muchos (con Meteosat a la cabeza) utilizaron los ochenta como arma para criticar el presente y a su vez abrir paso a toda una nueva escena que había crecido de espaldas al indie ofical durante los últimos años noventa por posicionarse estética o musicalmente en parámetros estético-musicales más ochenteros (Criaturas Celestiales, La Monja Enana, Blas y las Astrales, L-Kan etc). Algunos de los más activos miembros de esta escena abrieron nuevos templos nocturnos como el Nasti o el Ocho y Medio desde donde se revindicaban cosas como el electro o el italo-disco y el Blue Monday de New Order fué la canción más bailada durante más de seis años seguidos.

Fuera de España se fueron imponiendo después del triunfo de los Strokes que aunque no eran estrictamente ochenteros abrieron la puerta a una nueva hornada de grupos muy influenciados por Joy Division, XTC, Wire, Gang of Four, Siouxie and the Banshees, Chamelions, etc. A partir de aquí un continuo hype de relecturas de sonidos de los ochenta y finales de los setenta invadió el mundo Franz Ferdinanz, Interpol, Liars, The Rapture, Editors etc..convirtiéndose en un sonido hegemónico durante los 00.

El caso es el que los 00 nunca llegaron a utilizar los 80 como un giro crítico de afiliación estético-musical para pasar a otra cosa, sino que los ochenta pasaron a ser una especie de "fin de la historia" fukuyanesca versión pop, idealizada y modélica, en la que la prensa musical especializada y muchos de los grupos asentaron el modelo del gusto distinguido, el criterio de la élite musical para discernir entre lo bueno y lo malo. Incluso la divisón cronológica haría despreciar un sonido compartido entre los ochenta y los noventa para dar preponderancia a la década previa, como tantas veces hemos oido decir "el shoegaze me gusta pero sólo el de los 80", "el indie pop bueno es el que se había en los 80",  "lo único bueno del grunge es lo que se hizo en el año 89 "


Este es el comienzo del fenómeno que llamo "Ochentismo" y va unido a una fobia estética a los 90 y al culto a gente horterísima y aburrida pero para paladares muy finos como Prefab Sprout o Aztec Cámera, aunque también es muy valorada en españa la primera época de El Último de la Fila o Danza Invisible (siempre anterior a 1989). El Ochentismo es tan hegemónico que ha sido asumido por casi todas las facciones musicales que se consideran "entendidas".

El Ochentismo también es un estilo de vida muy compatible con el estilo de vida contemporáneo, es una oda a la intelectualismo frívolo que domina nuestras élites culturales ante el derrumbe de occidente. En cierta manera es una cultura del desastre pero compatible con una "dolce vita". El Ochentismo representa la alegre resistencia del vómito frente a un mundo horroroso, idealizando una época en la que una parte de la sociedad occidental era capaz de aprovecharse de la devastación económica más grande de la historia sin que esa mierda les salpicase en la cara. Esa idealización permite a las élites adscritas al Ochentismo seguir atrincherados cada vez más en su utopía, esperando a que el sistema vuelva a funcionar tan bien como lo hacía antes, declarandose de izquierdas pero asumiendo que la única solución es de derechas.
Y en esas estamos...



Una canción dedicada a todo el Ochentismo desencantado que ahora se pasa a la Polla Records: ¡Sed fuertes, recordad que aquellos días pueden volver, no os dejéis vencer por esos perro flautas. Solo hay que esperar un poco, un poco más! el año que viene unos eternos ochenta se impondrán a lo largo y ancho del nuevo mundo! Europa volverá a ser lo que era sin mestizaje!

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